(Google 번역 제공) 지금 당장 위생 점검 시작! 첫 번째 부정적인 점은 두 식당 간에 발생한 혼란입니다. 서로 다른 이름, 테라스 석, 그리고 나란히 위치한 두 레스토랑이 있는데도 불구하고, 메뉴는 똑같고 서빙하는 직원도 똑같습니다. 이는 즉흥적인 분위기와 미식의 정체성 부족을 드러냅니다.
테라스에서의 서비스는 처음부터 실망스러웠습니다. 총 14개 테이블 중 8개만 차 있었고, 웨이터는 새로운 손님을 응대하기보다는 익숙한 손님과 이야기 나누는 데 더 관심이 있는 것 같았습니다. 그는 10분 넘게 우리에게 다가오지 않고 우리를 지켜보았고, 결국 저는 바로 가서 직접 주문해야 했습니다.
안쪽 상황은 더욱 걱정스러웠습니다. 타파스 몇 개의 보호막에 녹색 파리가 갇힌 것이었습니다. 제가 신고하자 바텐더는 전문적인 사과는커녕 저속한 욕설만 내뱉었습니다. 그는 쟁반을 치웠지만, 나중에 계산하러 다시 가보니 마치 아무 일도 없었던 것처럼 같은 쟁반이 다시 놓여 있었습니다. 이는 부주의함과 음식 취급에 대한 진지함과 위생이 전혀 없음을 보여주는 행동이었습니다. 주방에서 무슨 일이 일어날지 생각하기도 싫습니다.
바에서의 주문 처리도 마찬가지로 형편없었습니다. 웨이터는 주의 깊게 듣지 않고 "어떤 테이블에 계신지 모르겠네요..."라는 당황스러운 말을 불쑥 내뱉었습니다. 일반 손님을 상대하는 사람으로서는 어울리지 않는 대답이었습니다.
음식은 품질이 좋지 않았고 일관성이 없었습니다.
미트볼: 속은 차가웠지만 소스는 괜찮았습니다.
고기가 들어간 감자: 맛도 없고, 냉장고 차갑고, 풍미도 없었습니다.
파타타스 브라바스: 베이스는 괜찮았지만 케첩과 공업용 마요네즈를 너무 많이 넣어 망쳤습니다.
햄 크로켓: 두 개는 차가웠고, 두 개는 탔습니다. 특별히 눈에 띄는 점은 없었습니다.
장점: 에스트렐라 갈리시아는 매우 차갑게 나왔고, 빵은 놀랍게도 추가 요금을 받지 않았습니다.
반면, 일부 서비스 세부 사항은 용납할 수 없을 정도로 심각했습니다. 눈을 마주치지도 않고 스웨덴 사람처럼 행동하는 매우 불친절한 웨이터, 맥주를 마시자 깨진 유리잔을 건네준 것, 큰 생수 한 병, 그리고 도착하지 않은 두 잔, 그리고 무엇보다도 최악은 테이블과 입구 바닥을 닦는 데 같은 천을 썼다는 점입니다. 정말 역겹습니다!!! 이 마지막 행동은 열악한 위생 수준과 전문성의 부재를 완벽하게 보여줍니다.
간단히 말해서, 음식과 고객 서비스 모두 경험은 형편없었습니다. 관심 부족, 무질서, 그리고 기본적인 접객 절차에 대한 교육 부족으로 인해 페페와 플로르 데 살 두 곳 모두 테루엘처럼 매력적인 도시에서 관광객이 기대하는 것과는 거리가 멀었습니다.
결론적으로 말씀드리자면, 다시는 반복하지 않을 경험이었습니다. 병에서 바로 꺼낸 시원한 맥주 한 잔 외에는 그 이상은 없었습니다.
(원문)
Inspección de Sanidad YA! Lo primero que sorprende negativamente, es la confusión generada entre ambos locales. Dos nombres distintos, dos terrazas y locales uno al lado del otro, pero exactamente la misma carta hiper extensa y el mismo personal atendiendo. Esto transmite improvisación y falta de identidad gastronómica.
La experiencia de servicio en terraza fue decepcionante desde el primer minuto, con apenas ocho mesas ocupadas de un total de catorce, el camarero se mostraba más interesado en conversar con clientes conocidos que en atender a nuevos comensales. Durante más de diez minutos nos observó sin acercarse, y finalmente tuve que entrar a la barra para pedir directamente.
Dentro, la situación fue aún más preocupante: una mosca verde atrapada en el film de protección de unas tapas. Al notificarlo, el encargado de barra reaccionó con un comentario vulgar en lugar de disculparse profesionalmente. Retiró la bandeja, pero al volver más tarde a pagar, allí estaba otra vez la misma bandeja, como si nada hubiera pasado. Un gesto que denota descuido y falta absoluta de seriedad e higiene en la manipulación de alimentos. No quiero ni pensar en lo que pueda ocurrir en cocina.
La gestión del pedido en barra fue igual de mala, el camarero de barra, en lugar de anotar con criterio, me soltó un desconcertante “pero yo no sé en qué mesa estás…”. Una respuesta impropia de alguien que trabaja de cara al público.
En cuanto a la comida, el nivel fue pobre y sin consistencia:
Albóndigas: frías en el interior, aunque la salsa resultó aceptable.
Patata rellena de carne: insípida, FRÍA DE NEVERA y sin sabor alguno.
Papas bravas: correctas de base, arruinadas con exceso de kétchup y mayonesa industrial.
Croquetas de jamón: dos frías, dos quemadas; ninguna destacable.
Punto positivo: la Estrella Galicia servida muy fría y el pan que, sorprendentemente, no cobraron.
Por otro lado, detalles de servicio rozaron lo inaceptable: un camarero super antipático, que no te mira a la cara y cada vez que podía se hacia el sueco, una copa rota entregada para la cerveza, botella grande de agua y dos vasos que nunca llegaron, y LO PEOR , a utilización del mismo trapo para limpiar mesas y el suelo de la entrada. UN ASCO TOTAL!!! Este último gesto resume perfectamente el poco nivel de higiene y falta total profesionalismo observado.
En definitiva, tanto en lo gastronómico como en la atención al cliente, la experiencia fue deficiente. La falta de interés, la desorganización y la poca formación en protocolos básicos de hostelería dejan a ambos locales —Pepe y Flor de Sal— en una posición muy alejada de lo que un turista espera encontrar en una ciudad tan encantadora como Teruel.
Concluyo con firmeza: una experiencia para no repetir. Salvo para tomarte una cerveza fría directamente de botella, nada más.