(由 Google 翻译)Bombona 2828 甚至在你落座之前就能给你带来惊喜。餐厅的装潢令人惊艳,几乎令人陶醉:一踏进门,仿佛就进入了另一个世界。它并非试图完全复制日本,而是凭借精心营造的氛围、柔和的灯光以及自然而然成为体验中心的吧台,成功地将你带入另一个世界。
我们选择了高级厨师推荐套餐(omakase),第一道菜是烤土豆配嫩西兰花和昆布丝。这道菜还算不错,但对于日式厨师推荐套餐来说却有些不同寻常;比人们最初预想的要朴实得多。第二道菜是清汤洋葱汤,配以日本蘑菇和葱花:摆盘精美,汤底清爽,但味道却略显平淡——更像是装饰而非点睛之笔。接下来是辣虾串,第一口就辣得够呛,辣味最终掩盖了虾肉本身的层次感,也让接下来的菜肴难以衔接。
接下来是我吃过最棒的海鲈鱼刺身:柚子般的柑橘凝胶,紫苏叶,近乎透明的鱼片,以及无可挑剔的新鲜度。酸度恰到好处,带有优雅的草本香气。一口咬下去,口感精准平衡,无疑是当晚最佳菜肴之一。
蔓越莓开心果扇贝烧突然将整体基调转向甜味;蔓越莓的味道占据主导,扇贝的味道则被掩盖了。之后是一道用鰤鱼包裹的牛油果腌萝卜卷,技法上乘,但牛油果赋予了它更浓郁的墨西哥风味——在高级日式酒吧的厨师发办套餐中显得格格不入。
鲑鱼籽军舰寿司配泽蟹让一切重回正轨:摆盘精美,鲑鱼籽分量十足,咸度适中,风味浓郁。蟹肉带来的更多是口感而非味道,但整体搭配依然和谐。
接下来是握寿司环节,Bombona 2828 充分展现了食材的品质……同时也暴露出一些选择的矛盾之处。新西兰三文鱼油光锃亮,肥瘦相间。赤身鱼肉色泽鲜亮,呈宝石红色,质地细腻。鰤鱼如果没有那块脆洋葱,本应更加出色,可惜洋葱破坏了它的鲜美。大脂金枪鱼切工精湛,肥美可口,却与美味的蒜蓉酱不相上下,最终被蒜蓉酱掩盖了风味。鸭脂金枪鱼肉质丝滑,堪称完美……却被那块不该出现的花生酱破坏了口感。A1级和牛配鱼子酱和金箔将这顿饭推向高潮:极致奢华,精准到位,令人难忘。鳗鱼配鹅肝、新鲜松露碎和松露油,以一种巴洛克式的华丽姿态为这顿饭画上了句号:甜美浓郁,几乎可以算作一道甜点。
如果说有什么能让 Bombona 2828 即使在过度追求完美的情况下依然屹立不倒,那就是围绕着用餐体验的一切:每一道菜的摆盘都无可挑剔,精致完美,令人赏心悦目。主厨 Narciso 热情周到、技艺精湛且平易近人,让酒吧的氛围更加令人愉悦。此外,主厨 Rafael Valdez 的诚挚邀请更是锦上添花,这体现了餐厅愿意倾听顾客的意见、不断调整改进并力求完美。
Bombona 2828 以顶级食材和雄心勃勃的理念著称。然而,当鱼肉如此美味时,少即是多的原则便显露无疑。这里既有令人难忘的瞬间,也有人为干预反而破坏了整体体验。但无论如何,这次用餐体验都值得:无论是氛围、服务,还是那些真正令人回味无穷的美味佳肴。
(原文)
Bombona 2828 sorprende desde antes de sentarte. El espacio es llamativo y casi embriagante: apenas cruzas la puerta, sientes que cambias de escenario. No intenta replicar Japón de manera literal, pero sí consigue transportarte a otro sitio, con una atmósfera cuidada, luz tenue y una barra que se percibe como el centro natural de la experiencia.
Elegimos el omakase premium, y la secuencia abrió con una papa asada con brócoli tierno y tiras de kombu. Un inicio correcto, pero curioso para un omakase japonés; más terrenal de lo que uno espera en el primer compás. El segundo tiempo fue una sopa clara de cebolla con champiñón japonés y cebollín: bonita en presentación, limpia, pero tímida en sabor—más decorativa que expresiva. Le siguió una brocheta de camarón spicy cuyo picor, intenso desde el primer bocado, terminó imponiéndose sobre cualquier matiz y no favoreció el tránsito hacia el plato siguiente.
Entonces llegó el mejor sashimi de robalo que he probado: gel de cítricos tipo yuzu, hojas de shiso, láminas casi translúcidas y una frescura impecable. Acidez medida, notas herbáceas elegantes. Un bocado preciso, equilibrado y sin duda, de lo mejor de la noche.
El batayaki de callo con arándano y pistache cambió abruptamente el registro hacia lo dulce; el arándano dominó y el callo quedó relegado. Después, un maki de aguacate y takuan envuelto en kampachi, técnicamente bien ejecutado, pero que por el aguacate inclinó el perfil hacia una fusión más mexicanizada—desentonó dentro de un omakase premium de barra japonesa.
El gunkan de ikura con sawagani retomó el camino: teatral, generoso en ikura, con buena salinidad y estallido. El cangrejito aporta textura más que sabor, pero la composición se sostiene.
Y entonces llegó el tramo de nigiris, donde Bombona 2828 mostró la calidad de su producto… y también el antagonismo de algunas decisiones. El salmón neozelandés, brillante y graso en su punto. El akami, limpio, rubí, bien texturizado. El hamachi habría sido extraordinario sin la cebolla crocante, que le robó delicadeza. El otoro, impecable en corte y grasa, terminó compitiendo innecesariamente con una salsa de ajo deliciosa, que lo opacó. El kamatoro, divino, sedoso, perfecto… pero desviado por una salsa de cacahuate que simplemente no debía estar ahí. El wagyu A1 con caviar y láminas de oro devolvió el clímax: hedonista, preciso, memorable. Y la anguila con foie gras, ralladura de trufa fresca y aceite de trufa cerró con un gesto abiertamente barroco: dulce, potente, casi un postre por sí misma.
Si algo sostiene a Bombona 2828 incluso en sus excesos, es todo lo que rodea la experiencia: la presentación es impecable, pulcra, fotogénica en cada tiempo. Y la barra se disfruta aún más gracias a la atención del chef Narciso, cálido, técnico y cercano. A esto se suma la invitación del chef Rafael Valdez para volver, un gesto genuino que habla de una casa dispuesta a escuchar, ajustar y perfeccionar.
Bombona 2828 tiene producto de gran nivel y una propuesta ambiciosa. Solo que, cuando el pescado es tan bueno, la máxima es clara: menos es más. Aquí hay momentos memorables… y otros donde la intervención resta. Pero la experiencia vale la pena: por el espacio, por el servicio y por esos bocados que sí se quedan contigo.