(Translated by Google) In the historic center of the town of Nardò, we find a spectacular group of buildings representative of the Baroque architecture of the Salento region. Among these buildings, the façade of the Church of San Domenico stands out.
The Church of San Domenico was initially built in the late 16th century, dedicated to Saint Mary. It was part of a small adjacent monastery of the Dominican Order.
In 1743, a strong earthquake struck the Puglia region, particularly affecting the Salento region. Following this earthquake, the Church of San Domenico was seriously damaged, destroying much of its structure, except for the façade, one of its walls, and part of the sacristy. After this earthquake, it was decided to begin rebuilding the structure of the church, which originally had three naves, transforming it into a single nave, which enhanced the preaching of the Dominican Order after the Council of Trent.
The façade of the Church of San Domenico is a magnificent example of Lecce Baroque. The façade is clearly divided into two sections built in different periods. In the lower section, the lintelled doorway is flanked by two small Corinthian columns supporting a semicircular pediment with two stone coats of arms. Above the doorway, a frieze decorated with geometric motifs and two angels holding a crown can be seen. The ensemble is complemented by eight fluted columns with Corinthian capitals on high bases supporting an entablature.
But the most significant aspect of this lower order is its extraordinary ornamentation, replete with human figures, some of them grotesque, placed like columns that act as small caryatids. Many of these human figures are plump, angel-like children (puttis), leaning on each other and alternating with pagan figures in mock-like forms wearing plant ornaments on their heads.
The upper section, on the other hand, is much simpler. With a large latticed window decorated with floral motifs, flanked by two niches with sculptures of Saint Dominic and Saint Catherine.
The church has a Latin cross plan with a single nave, surrounded by robust square pilasters supporting an entablature above which rises a wall of windows supporting a soft green painted wooden ceiling adorned with paintings. On the sides of the nave are six small chapels, among which the chapel of Our Lady of the Rosary stands out, with a 16th-century fresco by local painter Donato Antonio d'Orlando.
The interior of the church is much simpler than the façade and responds more to the ideas of the Counter-Reformation that were established in Europe following the Protestant reforms of the 16th and 17th centuries, with the aim of strengthening the Catholic faith through greater drama in the paintings and sculptures. Outside the temple, on one side behind the church and facing Piazza Salandra, is the iconic Fontana del Toro (Bull Fountain). There is a legend about the origin of the city of Nardò that tells how a bull, by digging its paw in the ground, caused a spring of water to emerge, which became a spring, thus marking the place where the first settlements of what would become the future city of Nardò would be established. Currently, the coat of arms of the city of Nardò is represented by a bull with the Latin motto "tauro non bovi."
The former convent adjacent to the church now houses an art school.
Admission to the church is free, but the worship of the parishioners is always respected.
This church's façade has mysterious symbolism and iconography, very elaborate and difficult to understand. The interior is worth visiting, but especially the details of the façade of this church are worth exploring. A must-see in Nardò.
(Original)
En el casco histórico de la ciudad de Nardò nos encontramos con un espectacular conjunto de edificios representativos de la arquitectura barroca de la comarca del Salento. Entre estos edificios destaca, muy especialmente, la fachada de la iglesia de san Domenico.
La iglesia de san Domenico fue, inicialmente, construida a finales del siglo XVI, bajo la advocación de Santa María. Una iglesia que formaba parte de un pequeño monasterio adyacente de la orden de los Dominicos.
En el año 1743 se produjo en la región de Puglia un fuerte terremoto que afectó especialmente a la comarca del Salento. Tras este terremoto, la iglesia de san Domenico quedó seriamente afectada destruyendo buena parte de su estructura, a excepción de la fachada, uno de sus muros y parte de la sacristía. Tras este terremoto se decidió iniciar la reconstrucción de la estructura de la iglesia, la cual, originalmente, tenía tres naves, transformándola, entonces, en una nave única, lo que mejoraba la idea de predicación de la orden Dominica tras el concilio de Trento.
La fachada de la iglesia de san Domenico es un magnífico ejemplo del barroco leccese. La fachada está claramente dividida en dos cuerpos construidos en distintos periodos. En el cuerpo inferior la puerta adintelada está flanqueada por dos columnillas corintias que sustentan un frontón semicircular con dos escudos de piedra. Sobre la puerta se puede ver un friso decorado con motivos geométricos y dos ángeles que sostienen una corona. El conjunto se complementa con ocho columnas estriadas con capiteles corintios sobre altos basamentos que sustentan un entablamento.
Pero lo más significativo de este orden inferior es su extraordinaria ornamentación, repleto de figuras humanas, algunas de ellas grotescas, colocadas a modo de columnas que hacen las veces de pequeñas cariátides. Muchas de estas figuras humanas son niños regordetes semejantes a ángeles (puttis), apoyadas unas sobre otras y alternandose con figuras paganas con formas burlescas que portan sobre sus cabezas ornamentos vegetales.
El cuerpo superior, en cambio, es mucho más sencillo. Con un gran ventanal enrejado decorado con motivos florales, flanqueado por dos hornacinas aveneradas con las esculturas de Santo Domingo y Santa Catalina.
La iglesia tiene planta de cruz latina con una sola nave, rodeada de robustas pilastras cuadradas que sustentan un entablamento sobre el que se alza un muro con ventanales que sostienen un techo de madera pintado de un suave color verde adornado con pinturas. En los laterales de la nave se abren seis pequeñas capillas, entre las que destaca la de la Virgen del Rosario con una pintura al fresco del siglo XVI, obra del pintor local Donato Antonio d'Orlando.
El interior del templo es mucho más sencillo que la fachada, y responde más a las ideas de la Contrarreforma que se establecieron en Europa tras las reformas protestantes de los siglos XVI y XVII, con el objetivo de fortalecer la fe católica mediante un mayor dramatismo en las obras pictóricas y escultóricas.
Fuera del templo, en un lateral a espaldas de la iglesia y frente a la piazza Salandra, se encuentra la emblemática fontana del Toro. Existe una leyenda sobre el origen de la ciudad de Nardò que cuenta cómo un toro, al escarbar con su pata en el suelo, hizo surgir una fuente de agua que se convirtió en un manantial, señalando, de este modo, el lugar en donde se habían de establecer los primeros asentamientos de la que sería la futura ciudad de Nardò. Actualmente, el escudo de la ciudad de Nardò está representado por un toro con el lema en latín "tauro non bovi".
El antiguo convento adyacente a la iglesia alberga en la actualidad una escuela de arte.
La entrada a la iglesia es libre y gratuita, aunque siempre respetando el culto de los feligreses.
Una iglesia cuya fachada tiene una misteriosa simbología e iconografía muy elaborada y de difícil comprensión. Merece la pena visitar el interior, pero especialmente recrearse en los detalles de la fachada de esta iglesia. Una visita obligada en Nardò.